El pasivo recostado sube las piernas y las monta sobre los hombros del activo, quien puede medir la altura e inclinación que debe poner para una mejor penetración. Las caderas del pasivo quedan algo elevadas y los muslos cercanos a su pecho por lo que el orificio anal sube y queda expuesto de forma que la penetración es vertical. El activo puede apoyar las rodillas en la cama o si tiene la resistencia ponerse en la posición de flexiones o lagartijas. Esto último permite dejar ver la penetración perfectamente.
lunes, 10 de agosto de 2009
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